← Back to portfolio
Published on

Pensamientos de una soledad y confianza olvidada

Soy creyente de que hay lecturas que no necesitan ser acompañadas por la música, pero en este caso la música sí es el soundtrack. Si lo prefiere, dele play al álbum 'Ghost With Skin' de Corbin.

Cuando la soledad te persigue y sientes que estás solx, que nadie te escucha, que todo es un mar de sombras donde solo estás tú, tus ideas y las mil y un dudas sobre lo que has hecho y construido, es cuando no sabes cómo dar los siguientes pasos. ¿Debo retroceder? ¿Está bien acudir a alguien? ¿Contar nuestrxs temores es posible sin que nos tengan pesar? ¿Hablar desde el miedo está bien? ¿Está mal dudar sobre quién es unx, qué se quiere y a dónde se añora ir? ¿Por qué nos dicen que no podemos refugiarnos en la soledad? ¿Por qué nos debe abrumar el sentir? ¿Por qué si éramos felices nos debimos acostumbrar a vivir con miedo? ¿Por qué cuando más creímos, más nos fallaron? ¿Por qué preferimos vivir sin expresarnos y guardarnos todo?

A todas estas preguntas y muchas más, esta la palabra confianza, una palabra tan simple, tan fuerte y confortante que si se usa mal, se va todo a un oyó negro del que es difícil escapar. Simple, porque solo nos queda confiar y pensar que ahí afuera habrá alguien que nos hará creer en todo (así no estés segurx), habrá alguien que nos va resguardar y se va atar a nuestras vidas como un candado, pero si se rompe no habrá quién o qué lo recupere. Bueno, sí habrá algo que lo recupere: el tiempo, ¿pero cuánto tiempo debe pasar para volver a creer, para tener fe de que cuando estabas mal, de que cuando creías tener a quien decirle todo, llegaría el momento de apagar esa luz, de abrazarse así mismo, sin miedo, sin arrepentimiento creyendo que se fue fiel a la confianza, a una palabra tan desvalorada que es poco usada? Y si el tiempo no cura ese dolor y al contrario, crea más miedo, ¿qué se puede hacer? Hay algo muy bonito del tiempo y es sanar lo que tanto nos hizo sufrir, pero no siempre es así. El tiempo te puede ayudar a sanar, pero así como te hace olvidar el dolor, te hace retroceder internamente a un punto en el que volver a creer se hará cada vez más difícil, y aunque no queremos que el miedo gane, haremos todo lo posible por crear una barrera tan fuerte que nadie más que uno es quien pueda curar lo que creemos ser "estar felices".

Si ha llegado hasta aquí, y está esperando una conclusión a estas dudas, podría retroceder. Siempre estamos en búsqueda de una respuesta, de algo que nos reconforte, de decir 'jueputa lo logré'. Y está bien obtener eso, llenarse de esa alegría y dejar a un lado el sinsabor amargo de que todo estaba mal y ahora estará bien, es algo mágico, pero a veces se lucha tanto contra la vida de saber si estas ocupando el espacio correcto que una alegría se convierte en algo efímero. Sentirse segurx no es fácil, luchar contra las miradas ajenas es complicado, y cumplir la visión de quienes creen conocerte, si que es peor. Nos hemos acostumbrado a suplir necesidades que no teníamos, a crearlas a tal punto que al ver que no podíamos cumplirlas, nos sentiríamos mal.

Sentir es tan lindo como tan triste. Por un lado, expresarte te libera de guardar todo para ti, te hace saber que no está mal llorar delante de nadie porque soltar ese dolor de una manera tan pero tan sufrida que después solo te queda la calma por haber sanado todo con las personas que te quieren, te escuchan y están ahí para ti, te hace saber que llegará el momento en que todo será mejor. ¿Pero qué pasa con quienes sienten y luchan por mostrar sus sentimientos pero les cuesta expresar su sentir en todas las formas posibles? Pensar que eres alguien que siente como cualquier humanx en este planeta, es bonito. Saber que al igual que el resto de personas, también lloras, sufres, ríes, amas, crees, confías y un sin fin de cosas más, es bonito, pero es triste cuando descubres que aunque sientes y sufres como cualquier humanx, tienes un problema que parece simple pero es un nudo tan ajustado al cuerpo que al querer hablar, soltar y llorar, no te deja porque solo puedes hacerlo en silencio mientras nadie te observa, mientras estás escuchando música y aunque al otro día quieres salir corriendo y expresar todo, el cuerpo no te deja.

Nos hemos acostumbrado tanto a que las personas comuniquen todo el tiempo su forma de sentir que olvidamos a aquellas otras que no pueden comunicar sus cosas, que aunque tienen claro que hay gente que los ama, se preocupa por ellxs y estaría dispuesta a oírlxs, ayudarles y darles cualquier mano, no entienden lo que es luchar consigo mismx, de que por más que se quiere confiar hay miedos internos, miedos que ni unx mismx sabe cómo llegaron a coger tanta fuerza dentro del pensar y actuar que es mejor aislarse en diferentes formas donde solo unx se puede responder y ayudar. Y ojo, no digo que aquellas personas a quienes les cuesta expresar su sentir con lxs demás, deban creer que esa es la solución; huir no es la clave. Apoyarse en quienes confías, sí. O resguardarse en algo que te dé calma y te haga soltar todo, también.

La misión es aprender a amarnos y no ver con lástima a quien libera su sentir o a quien por otro lado, prefiere guardar su dolor.

0 Comments Add a Comment?

Add a comment
You can use markdown for links, quotes, bold, italics and lists. View a guide to Markdown
This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply. You will need to verify your email to approve this comment. All comments are subject to moderation.