La razón para volver
Viajamos a la capital colombiana para vivir la primera edición de Sónar Bogotá...
El festival de música avanzada Sónar, que anunció su llegada a diferentes países de Latinoamérica, se dio cita en la capital colombiana el pasado 7 de diciembre para albergar allí su primera edición. Este festival de grandes proporciones, que no se apega cien por ciento a la música de baile, tuvo lugar en Corferias, sitio que sirvió como encuentro para todos aquellos melómanos e inquietos que estaban sedientos por oír y experimentar nuevas propuestas y vincularse con los artistas por medio de sus ofertas sonoras, conceptos y shows que superan el simple hecho de bailar en un festival más.
A las cuatro de la tarde, el festival abrió sus puertas para todos aquellos fanáticos que morían por estar en primera fila para deleitarse con la cumbia electro de Dany F, el niño de Cómeme, o el proyecto de Las Hermanas. Al ingresar, una valla de gran tamaño que contenía el time table de los artistas fue un inconveniente para los asistentes y, a última hora, el festival optó por hacer una modificación de escenario, con el fin de brindarle al público una mejor comodidad para disfrutar de los actos que tenía como cabeza el festival: Hot Chip y los Chemical Brothers. Mientras Poncho y Frente Cumbiero auspiciaban sonidos que iban desde electro hasta house, música latina o pop, todos esperaban el momento de apreciar el primer acto internacional.
Faltando quince minutos para las 7, Evian, el niño que pasa por su mejor momento, hizo su aparición en el Sónar Hall. Allí, mientras una capa de humo y una ancha estructura metálica cubierta por velos -para emitir sus intergalácticos visuales- acompañaban la introducción espectral de Christ, y el lugar gozaba de un buen flujo de asistentes, el inglés no dudó en ofrecer sonidos quebrados y dinámicos con un estilo ghetto. Los visuales, las luces y el humo se ensamblaban con temas de su autoría, como “MYD”, el aclamado “Fuck It None Of Ya’ll Don’t Rap”, los fragmentos de “Thrown Like Jacks” o el “Salt Carousel” arraigado a sonidos clásicos, liberando a los presentes para mover las manos de arriba hacia abajo, cerrar los ojos y zambullirse en ese fascinante éxtasis de drip para reflejar, sin duda alguna, esa ‘música avanzada’ del festival. En el otro extremo –Sonar Club– se encontraba Gorgon City con toda su indumentaria, brindando lo que ellos mismos denominaron, un espectáculo fresco, divertido y orientado al indie y house.
Luego, vendría el DJ set de Totally Enormous Extinct Dinosaurs y Pional, dos actos impecables que cumplieron las expectativas pero, inconscientemente, el público no tan culto abandonó el dancefloor del español y el inglés para dejar ambos stages casi vacíos y hacer un break, descansar, comer y esperar en el escenario principal a la banda Hot Chip. Esta banda, a pesar de realizar un show donde los visuales no fueron tenidos en cuenta, no defraudó a sus seguidores gracias a “I Feel Better”, una canción seductora que se apoderó del recinto y dejó a Lorenz Brunner en el abandono con un público más selecto –entre 200 y 300 personas. Esa poca asistencia sirvió como libertad para que Recondite creará texturas más armoniosas y abstractas, con un aire minimalista colmado de capas sutiles donde dejaba entrever tracks como “Canticle” de Morgion o esa nebular onda de “Compel” extraído de su largo Placid, para que las percusiones y los bajos juguetones exaltaran las hormonas del cuerpo. Después, Bomba Estéreo arribó al Sónar Hall y los asistentes fueron llegando rápidamente, pues sabían que el grupo colombiano ofrecería una degustación musical de no olvidar. El sabor y la energía latina demostró la nueva visión del grupo que dejó oír algunas canciones de su disco Amanecer, mientras que en el Sónar Club, Brodinski ofreció una amplia personalidad musical con su single “Can’t Help Myself” y otros temas que iban desde hip hop hasta R&B y electro, sin perder la línea.
En un abrir y cerrar de ojos, la hora loca había llegado y Sónar Club estaba repleto. El Sónar Hall cerró su stage para que nadie se perdiera el show que suscitaría diferentes sentimientos a todos aquellos que crecieron con la música de los de los Chemical Brothers. Las luces empezaron a brillar, el humo del cigarrillo empezó a transitar por el lugar, los celulares se fueron asomando rápidamente y sus incandescentes luces se manifestaban como parte del show porque nadie quería desperdiciar el opening del dúo y muchos querían grabar ese momento en que los lásers rodeaban a Tom Rowlands y Ed Simons en el booth. Como si se tratará de un exorcismo, el público gritaba a todo pulmón el coro de “Hey Boy, Hey Girl” y, mientras las ácidas percusiones de “EML Ritual” y las diferentes voces conectaban con los oscuros visuales de Adam Smith, que dieron paso al patinador “Go”, track que simbolizó un momento futurista, robótico y sincronizado en el dancefloor, dejaron al público anonadado sin saber que si lo que presenciaban era, verdaderamente, real. El repertorio de los hermanos químicos mostró sus inagotables hits a lo largo de la noche y cumplió a cabalidad todas las expectativas sonoras y audiovisuales.
Con un cartel llamativo, Dixon fue el encargado de comandar el closing del Sónar Hall y abrir fuego para ponerle calor al asunto, conquistar la pista y demostrar por qué es un gran selector de pistas. Sin embargo, el set del chico Innervisions se mostró muy normal. El corto tiempo le hizo una mala jugada para leer y entender ese clímax en el cual se encontraba el público. En general, la primera edición de Sónar Bogotá cumplió las expectativas de aquellos que añoraban tener su propia edición en la región. Ahora, sólo queda guardar energías para la segunda versión que, como anunció la promotora T310 | Absent Papa, promete ser una nueva experiencia que le seguirá apostando al talento nacional e internacional sin tener que cruzar el océano para vivir la real experiencia festivalera. No quepa duda, ¡volveremos a la segunda edición en el 2016!
EVIAN CHRIST: LA EXPERIENCIA
Antes de Sónar Bogotá, estuviste en la edición de Argentina. ¿Cómo estuvo?
“La arquitectura de la ciudad autónoma de Buenos Aires elevó mucho mis expectativas y el patrimonio de la región me marcó fuertemente, aunque la fiesta allí no fue tan grande. En una noche particular disfrute un plato increíble de ravioli –combinar recetas italianas con productos suramericanos es una cosa maravillosa. También, conocí algunos parques bonitos y disfrute mucho la estadía. Además, para mí, fue una grata sorpresa al descubrir que en el 2018 serán los Juegos Olímpicos de la Juventud.”
Tu live act en el festival fue el que más se acercó a esa ‘música avanzada’ que caracteriza y promueve tanto el Sónar. En poco tiempo, lograste desarrollar una presentación que generó muchas expectativas. ¿Qué fue lo que hizo especial todo?
“¡Gracias! Me agrada y me parece muy divertido ver el espectáculo como ‘avanzado’ porque la mayoría de la tecnología y equipo que uso, tanto para la iluminación y para hacer música, es algo que se ha venido desarrollando por lo menos, en diez años. Ahora, los nuevos avances tecnológicos y las proyecciones de mapping, etcétera, son algo interesantes pero, para mí, las luces juegan un poder fundamental en mi shows y es lo que lleva todo a un nivel más experimental.”
¿Escuchaste a otros artistas en el Sonar? ¿Cuál fue la presentación que más te gusto y por qué?
“Especialmente, me agradó la presentación de los Chemical Brothers. Los visuales robóticos y los láseres son algo especial. Intenté reunirme con ellos para hablar de todo pero no eran muy sociables.”
¿Qué pudiste aprender acerca de un festival y plataforma multimedia como es el Sónar?
“Aprendí a disfrutar cada minuto de mi vida.”
LAS HERMANAS
“Formar parte de un festival de gran magnitud como fue el Sónar Bogotá, con experiencias únicas, tanto en lo visual y musical, fue el mejor momento para mí. Después, sin duda alguna, el épico show de los Chemical Brothers fue lo mejor. Hay que volver a la próxima edición y apoyar propuestas como estás que son arriesgadas y aportan bastante al país. Ojalá, haya más experimentación y más artistas locales.”
DANY F
“Los dos mejores momentos, para mí, fueron, primero, cuando iba a comenzar a tocar y abrieron las puertas de Corferías y entraron las primeras personas corriendo como locas a coger puesto en primera fila. El otro fue cuando los Chemical sacaron los súper robots gigantes que tiraban láseres por los ojos. ¡Me dejaron atónito y muy confundido! La gente debe volver ya que Sónar es un portal para que la música más fresca del mundo llegue a los oídos locales y brinde la oportunidad de descubrir nuevas sonoridades y tendencias llenas de actos maravillosos y de tecnología.”
Artículo especial realizado para la edición impresa #8 de DJ Mag Latinoamérica. - https://issuu.com/djmagla/docs/djmag_latinoamerica_noviembre_2015